Por Juan Villacorta Paredes
Bodegón es la figura que representa cosas, en el dibujo o la pintura.
Se llama bodegón geométrico si la figura representa objetos geométricos, cubos, prismas, cilindros, esferas, etc.
Se denomina bodegón artístico a los modelos o figuras que representan objetos diversos de la naturaleza.
El bodegón geométrico es el modelo que se usa para iniciar la enseñanza de dibujo en las Artes Plásticas, porque permite entender fácilmente la relación de forma, de proporción, de armonía y de sombras. Reviste caracteres de precisión figurativa y perspectiva. No por esto deja de ser artístico.
El bodegón artístico está conformado por objetos diversos no geométricos. Este tipo de modelo es abundante y hermoso porque además de presentar formas muy variadas y bellas, presenta también riqueza de colores, de composición y de inspiración para expresar sentimientos de alto sentido humano.
El bodegón en el concepto del artista
Al referirse el bodegón a la naturaleza inerte, a los cuerpos sin vida, sin movimiento, parecería un tema simple, carente de importancia e insignificante. Parecería tal vez insulso, sin sentido para el arte tratar de objetos de poco valor.
Pero no es así ante la exquisita susceptibilidad del artista, ningún cuerpo del mundo tiene más valor que otro. Un alma poseída de profundo amor hacia todo cuanto la rodea y con la facultad de dar belleza, valor, aprecio a los seres más indefensos e insignificantes, no puede despreciar las cosas pequeñas porque también ellas nos rodean y nos brindan su aporte para vivir cómodos y felices. Solo los espíritus mezquinos y egoístas desprecian a los demás y por añadidura a las cosas.
Los seres sin vida, la naturaleza muerta como la llamamos en arte, también es hermosa, muy hermosa, merece nuestro reconocimiento y gratitud. Un libro, por ejemplo, cuánto conocimiento encierra, cuánto nos da y qué indefenso es. Un ramo de flores, la hermosura de sus colores y su aroma nos alegran el alma y los sentidos, haciendo nuestra vida más feliz. Un par de zapatos viejos o nuevos son en verdad una vida que ha de iniciar y en las que es posible recrear el sentimiento y el afecto, vertiendo toda la emoción y toda la caridad que siente el alma por el mundo, como lo hacía Vincent Van Gogh. Las sillas, los girasoles, los ámbitos y los paisajes del gran maestro Van Gogh tienen alma y también tienen sentimiento.
Así podríamos seguir refiriendo el amor de los artistas hacia ese mundo aparentemente insignificante y diminuto. El arte, por eso, dedica su amor especial a las cosas porque es bondad, es justicia, es verdad. Da el merecimiento a las cosas que los seres humanos egoístas se los niegan. Por eso el bodegón como modelo en el arte es admirable, porque es la expresión de cariño y gratitud y vínculo de comunicación entre el gran universo viviente y ese mundo inmensamente precioso de la naturaleza inerte.